miércoles, 19 de noviembre de 2014

La lección de la Hermandad del Perdón

El universo cofrade es extenso y variado. En él tienen cabida la cola y la capa; las bandas de cornetas y las agrupaciones musicales; los pasos de palio y los pasos de Vírgen; los crucificados que procesionan en silencio, los que lo hacen acompañados de una capilla musical o los que van arropados por una banda. Tan amplio y generoso es el universo cofrade que por caber cabe hasta 'Suspiros de España' tras un pasopalio.

Y es que estamos hablando, o escribiendo, de una celebración compleja que puede ser vivida y observada desde distintos prismas. De manera que no parece recomendable ponerse esplendido y pasarse con la vara del rigor, de la ortodoxia, de los cánones, del clasicismo o como lo queramos llamar. Porque la Semana Santa es más que eso. La Semana Santa, por ejemplo, es también ilusión, entusiasmo y alegría. Hasta el punto de que sin tales ingredientes no sería posible el espectáculo único de la Semana Santa, como ha demostrado la Hermandad de El Perdón en los últimos meses y, especialmente, con la salida extraordinaria de la Virgen de los Dolores por su barrio.

Desde La Orden, con elegante sencillez, sin alharacas, sin proponérselo, nos han enseñado a vivir como una fiesta la Semana Santa, a involucrar a todo un barrio -no sé sí cofrade o no- en un acto de la Hermandad, a dar a todos los colaboradores su sitio, a tener permanentemente en los labios la palabra gracias y en la cara, la mejor de las sonrisas...

De ahí, que quiera agradecer desde este humilde rincón a la Hermandad de El Perdón la hermosa lección cofrade que nos ha regalado con motivo de la salida de la Virgen de los Dolores. Gracias por recordarnos que sin alegría, ilusión y entusiasmo no sería posible el maravilloso espectáculo que es la Semana Santa.


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