lunes, 15 de junio de 2015

24-M, algo se mueve

El resultado de las elecciones municipales se ha concretado el pasado día 13 de junio con la constitución de los ayuntamientos. Después de los arreglos que han sido necesarios en muchos casos para favorecer la gobernabilidad, es ahora, una vez constituidos los ayuntamientos, cuando se puede hacer con mayor rigor una lectura de los resultados.

Las elecciones municipales y autonómicas del 24-M han puesto fin a las mayorías absolutas. Pero eso es una cosa y otra proclamar el fin del bipartidismo, como tanto se ha vaticinado en los últimos meses. PP y PSOE han sumado el 53% de los sufragios; 13 puntos menos que en 2011. Pero gobiernan la inmensa mayoría de Comunidades y Ayuntamientos. Es lógico que PP y PSOE hayan recibido castigo por la gestión que han hecho de la crisis económica y por los escándalos de corrupción. Pero siguen siendo partidos de gobierno y todo indica que van a seguir siendo las opciones preferidas por los electores. A partir de ahora, el tiempo corre en contra de Podemos y Ciudadanos que tienen en las próximas elecciones generales su particular prueba del algodón; se trata de partidos que han querido jugar un papel muy claro en el sistema político español: nacieron en una coyuntura concreta ante problemas muy determinados y si el electorado no los identifica como la solución a esos problemas concretos perderán progresivamente su razón de ser. La experiencia demuestra que no es fácil para una nueva fuerza consolidarse en el sistema de partidos de nuestro país. De ahí que si tras las generales Podemos y Ciudadanos no quedan posicionados de manera estratégica, es muy probable que progresivamente vayan perdiendo fuerza hasta quedar reducidos a opciones minoritarias, entre otras cosas porque parece lógico que paulatinamente el electorado se reconcilie con los partidos tradicionales a los que ha castigado en las últimas convocatorias electorales. Dicho esto, es de justicia reconocer lo que tanto Podemos como Ciudadanos han aportado hasta ahora al sistema político. 

Desde un punto de vista ideológico, las elecciones del 24-M han supuesto un claro giro a la izquierda. El mapa de Comunidades Autónomas y Ayuntamientos ha cambiado de manera sustancial, lo que debilita al PP de cara a las próximas elecciones, porque las urnas han supuesto un claro rechazo a las políticas y a las formas del partido de Mariano Rajoy.
 
 El PP fue el partido más votado en las elecciones municipales con el 27% de los votos. Pero es, sin ninguna duda, el gran perdedor de las elecciones del 24-M porque se ha dejado en el camino más de 10 puntos (cerca de 2,5 millones de votos) y sobre todo mucho poder institucional (Comunidades como Castilla la Mancha, Valencia, Extremadura o Aragón y Ayuntamientos como los de Madrid, Valencia o Sevilla). El PP llega a las elecciones generales como un partido derrotado y con un líder (si atendemos a las declaraciones de Mariano Rajoy sobre posibles cambios en el Gobierno y en el partido y sobre posibles cambios en las políticas) que no ha captado el mensaje de las urnas. El PP lo apostará todo al crecimiento económico, pero el electorado puede castigar duramente a un partido debilitado y que no atiende el mensaje de los votos. Sin duda, va a acusar la pérdida de alcaldes y presidentes autonómicos, principales referentes del PP en el territorio en los últimos años.

El PSOE ha quedado a 2 puntos del PP y ha perdido más de 2,5 puntos respecto al resultado obtenido en las municipales de 2011 (600.000 votos). Pero ha recuperado poder en Comunidades y Ayuntamientos (Castilla la Mancha, Extremadura, Comunidad Valenciana, Aragón o Ayuntamientos como Sevilla, Córdoba, Huelva, Valladolid u Oviedo). Sin tiempo para el descanso, llegan las generales; el PSOE debe convertir todo ese poder institucional que ha recuperado en aire fresco que le permita aparecer ante el electorado como un partido al alza, triunfador y como el único que puede garantizar el cambio y poner fin a políticas que tanto sufrimiento y desigualdad han traído. Al tiempo, haría bien en no perder de vista la estrategia que Podemos quiere implementar en los próximos meses para armar candidaturas de unidad popular de cara a las generales. Porque no olvidemos que unas elecciones son una competencia entre partidos y el PSOE necesita seguir creciendo de cara a las generales.

El resultado de Ciudadanos en las autonómicas y municipales no puede calificarse como bueno. El mejor indicador lo constituyen los resultados de las elecciones autonómicas, que deja al partido naranja muy por debajo de la proyección apuntada en los últimos sondeos. Pero este discreto resultado obtenido el 24-M ha quedado parcialmente maquillado por su capacidad para decididir gobiernos y favorecer la gobernabilidad en lugares estratégicos, como Andalucía y la Comunidad de Madrid, la primera a favor del PSOE y la segunda, del PP. En favor de Ciudadanos hay que decir que la moderación y centralidad que ha buscado en todo momento lo convierte de cara a las generales en un socio con menos aristas que Podemos, circunstancia que no ha pasado desapercibida para Pablo Iglesias que de repente ha cambiado su discurso en relación al PSOE. En torno a Ciudadanos se abren varios interrogantes. El primero comprobar si el liderazgo de Rivera para las generales será capaz de retener el electorado que ha ido obteniendo en las últimas convocatorias o, si por contra, después de varios castigos, ese electorado opta por volver al PP. Otros desafíos pasan por desarrollar la estructura organizativa en todo el territorio con cuadros adecuados (objetivo decisivo para crecer electoralmente) y mantener el aura de fuerza política nueva y regeneradora una vez que han accedido a las instituciones.

Los resultados obtenidos por Podemos distan de los objetivos que han venido expresando sus líderes en los últimos meses. Podemos irrumpió con el objetivo de acabar con el bipartidismo y convertirse en el primer partido del país. De cara a las elecciones del 24-M aspiraba a gobernar Comunidades y Ayuntamientos estratégicos, pero lo cierto es que ha cosechado mejores resultados allí dónde ha concurrido con candidaturas de unidad popular que dónde lo ha hecho con su propia marca. Esto es lo que han venido a reconocer los firmantes del manifiesto Abriendo Podemos, en el que se dice que tras las elecciones autonómicas y municipales, Podemos "ya no es el único instrumento de cambio". Es decir, la marca Podemos no entusiasma y está lejos de alcanzar su objetivo político inicial. No obstante, el partido de Iglesias sigue teniendo las elecciones generales como su gran cita y trabajará en los próximos meses por confeccionar candidaturas de unidad popular que le garanticen más posibilidades de éxito. La experiencia de gobierno en el Ayuntamiento de Madrid también puede contribuir a esta empresa, aunque la gestión del caso Guillermo Zapata no parece el mejor comienzo. Lo cierto es que la hora de la verdad ha llegado para el partido de Pablo Iglesias. Porque si en las elecciones generales no alcanza un resultado que lo posicione como partido estratégico probablemente haya empezado a escribir su testamento político. Al igual que Ciudadanos, el partido morado tiene ante sí los retos de mantener el aura de fuerza nueva y limpia y de desarrollar la estructura de la organización en el territorio; si bien, esto último se antoja algo más complicado en el caso de Podemos debido al modelo de partido que ha ido configurando y a las no pocas voces críticas que se han ido levantando tanto en la dirección nacional como en provincias en los últimos tiempos.


IU ha perdido casi dos puntos porcentuales respecto a las municipales de 2011 (más de 400.000 votos). Pero sobre todo, sigue afectada por el fenómeno Podemos. A la coalición le está faltando templanza para capear la actual coyuntura, y tirarse en los brazos de Podemos puede constituir un error fatal para el partido de Lara y Garzón, que haría mejor en abrir una amplia reflexión con el objetivo de modernizar el discurso, la estructura organizativa y hacerse más atractivo. Cuando el efecto Podemos cese, IU volverá a ocupar su lugar. Pero debe mover ficha y no permanecer de brazos cruzados ni inmolarse. Los izquierdistas parecieran hablar como si estuvieran en posesión de la verdad ideológica, pero IU aún no ha adaptado su discurso, su propuesta programática y su estructura organizativa a los nuevos tiempos. Ahí está su verdadero reto. Diluirse en Podemos puede ser pan para hoy y hambre para mañana.

lunes, 1 de junio de 2015

Tipos de Coronaciones Canónicas



El año 2015 en Huelva está marcado en lo cofrade por la Coronación Canónica de Nuestra Madre y Señora de los Dolores, prevista para el 19 de septiembre. La titular de la Hermandad de la Oración en el Huerto será la cuarta imagen en ser coronada en la Ciudad, tras las de la Cinta (1992), Esperanza (2000) y Victoria (2012).

Este destacado acontecimiento puede ser una buena excusa para acercarnos a las Coronaciones Canónicas, frecuentes de un tiempo a este parte pero, tal vez, poco conocidas.

Bermúdez Requena explica en 'Las Coronaciones Canónicas en Sevilla' (2003, Ed. Marsay) que en atención a la autoridad concedente pueden distinguirse tres tipos de coronaciones canónicas:
Pontificias
Concedidas por el Capítulo de San Pedro
Diocesanas 

Coronación Canónica Concedida por el Capítulo de San Pedro
El autor explica que la regulación de las coronaciones canónicas se ha atribuido históricamente al Capítulo de San Pedro. El origen de esta situación está, según el autor, en la donación que el conde italiano Alejandro Sforza hizo de parte de sus bienes a la Reverenda Fábrica de San Pedro del Vaticano para que fueran enajenados y proceder, con las rentas obtenidas, a "coronar a las imágenes de Virgen más veneradas" en el mundo. Dado que la citada institución recibió un considerable patrimonio para sufragar obras de enaltecimiento de la Virgen, el Papa le atribuyó, en el siglo XVII, el privilegio de otorgar el rango de canónica a la coronación de una imagen de la Virgen. A juicio del autor, la Reverenda Fábrica sigue ostentando esta competencia, porque el Código de Derecho de Canónico no la ha derogado de manera expresa.

En la provincia de Huelva, la Coronación Canónica de la Virgen del Rocío, por ejemplo, fue concedida por el Capítulo de San Pedro mediante rescripto de 8 de septiembre de 1918.

En la ciudad de Sevilla han merecido este tipo de coronación canónica las dolorosas de la Amargura y la Macarena.

Coronación Canónica Pontificia
El Papa es también una autoridad competente para conceder una coronación canónica; se trata, en opinión del autor, de una facultad "indiscutible" que queda "reconocida en el ritual de 1983".

En la ciudad de Huelva, la Coronación de la Virgen de la Cinta tiene rango pontificio. En Sevilla, la única imagen dolorosa que ha recibido este tipo de coronación es la Esperanza de Triana, mediante rescripto expedido el 7 de abril de 1983. 





Coronación Canónica Diocesana
Bermúdez Requena explica que según el Ritual de 1981, el legislador diocesano es también competente para conceder una coronación canónica, y precisa, seguidamente, que por legislador diocesano cabe entender al Obispo, al Abad territorial, al Superior de una orden religiosa y al Ordinario castrense. Con esta decisión, se ha pretendido agilizar la tramitación propia de una coronación. 

A partir de la entrada en vigor del Ritual de 1981, lo habitual es que las coronaciones canónicas sean concedidas por el legislador diocesano, en especial, el Obispo.

En la ciudad de Huelva las imágenes de la Virgen de la Esperanza y la Victoria han recibido este tipo de coronación canónica, rango que tendrá, así mismo, la coronación canónica de Nuestra Madre y Señora de los Dolores.