sábado, 9 de enero de 2016

Cosas que no me gustan de la Semana santa

Entiendo la Semana Santa como la gran fiesta de Huelva. Como una celebración en esencia religiosa, pero que por su singularidad trasciende lo religioso. Por lo que representa para miles de personas y para la propia ciudad, no me gusta hablar en tono crítico de la Semana Santa. Prefiero resaltar lo que tiene de fiesta, lo que une, lo que significa para tanta gente en nuestra ciudad. Pero es cierto que hay situaciones que se dan en estos momentos en la Semana Santa que, como cofrade, no me gustan.

No me gusta, por ejemplo, que hoy día varias hermandades tengan al frente gestoras (Tres Caídas, Cena y Prendimiento, además de la Cinta); no me gustan las divisiones en las hermandades; no me gusta la actitud de ciertos directores espirituales ni tampoco que algunos hermanos mayores, hastiados, estén deseando que se agote su primer mandato para cesar en su responsabilidad. Creo que cuando este tipo de situaciones afectan a más de tres y de cuatro hermandades, la Semana Santa como colectivo tiene un problema que no logrará ocultar ni una procesión magna, ni una coronación canónica ni ningún otro acontecimiento parecido.


No me gusta pintar la Semana Santa en tonos grises. Todo lo contrario. Me gusta imaginarla alegre, de colores, en plenitud. Pero si queremos que la Semana Santa de Huelva siga creciendo, siga atrayendo a gente, siga siendo la fiesta por antonomasia de la ciudad, creo que tenemos que afrontar con honestidad y responsabilidad ciertas situaciones. Mirar para otro lado creo que es un error.