jueves, 23 de junio de 2016

En la presentación del nuevo Silvera

Pepe Alameda, cronista taurino e intelectual hispano-mexicano, escribió un maravilloso libro que tituló 'El Hilo del Toreo' para explicar la evolución del arte de Cúchares en el tiempo. Pero en el toreo existe otra clase de hilos que conecta fechas, gestas o nombres a través de historias que resultan siempre seductoras.
En el recién presentado cartel de la feria taurina de Colombinas se aprecia el cabo de uno de estos hilos que narran atractivas historias y que viene a explicar 30 años de toreo en Huelva desde el denominador común que supone el apellido Silvera.
Porque si en 1986 tomaba la alternativa en el guapo coso de la Vega Larga Emilio Silvera González, un rubio torero con buen concepto y mimbres para ser gente, treinta años después el cartel de Colombinas anuncia la presentación con caballos de Emilio Silvera Romero, hijo de aquel rubio torero que ilusionó a toda una ciudad a mediados de los ochenta. 
Cuando el próximo 3 de agosto, día grande en Huelva, el nuevo Silvera pise el albero de La Merced, para muchos será inevitable recordar la figura de su padre: su prometedora carrera novilleril, la tarde de su alternativa, los naturales de Madrid aquella tarde abrileña ante una dura corrida de Clairac y Murteira, la encerrona a beneficio del Recre, la tarde del Centenario de la Merced...en suma, una película de recuerdos que condensa una trayectoria que ha hecho de Emilio un torero respetado por los profesionales y una persona enormemente querida en su tierra. 
Porque Emilio, con su forma de ser, con su onubensismo cabal, sin proponérselo, como pasa cuando las cosas se hacen con el corazón, ha sabido coser su nombre al de Huelva. Y lo ha hecho de tal forma que el próximo 3 de agosto, aún sin vestirse de luces, es su nombre el que convoca a la Huelva taurina a la emotiva cita. Porque si se trata de un día importante para Emilio, también lo es para esta bendita ciudad, a veces imprevisible en sus reacciones, pero que nunca falla cuando de arropar a uno de los suyos se trata.
Por esta razón, Huelva estará con Emilio Silvera Romero en su debut, y lo hará orgullosa de lo que su padre representa y deseosa de que el joven novillero se convierta en el torero que la tierra necesita.

Ojalá que el deseo se cumpla y el recorrido de este hilo que resume 30 años de toreo en Huelva a través del apellido Silvera se prolongue de manera feliz con el último exponente de la dinastía. Condiciones tiene ¡Que la suerte te acompañe, torero!

viernes, 10 de junio de 2016

De la CUP a Podemos

La decisión de la CUP de rechazar el proyecto de presupuestos presentado por el gobierno de la Generalitat y todo lo que esta postura trae consigo ofrece una esclarecedora enseñanza de cara a las elecciones generales del 26-J. Antes de proseguir quiero recordar que la CUP y Podemos no son la misma cosa (la formación de Pablo Iglesias se engloba, para las elecciones catalanas, en la coalición Catalunya Sí que es Pot y no en la CUP). Pero aunque Podemos y la CUP no son la misma cosa entre ambas formaciones sí que existen similitudes que merece la pena subrayar: de un lado, ambas formaciones pueden considerarse exponentes de la nueva política populista que se nutre del desencanto de parte del electorado (la CUP no es un partido de nuevo cuño, pero sí es un partido recién consolidado electoralmente). De otro, ambas formaciones comparten la radicalidad de sus postulados.

Hecha esta importante apreciación sobre las diferencias y similitudes entre la CUP y Podemos, vayamos a lo importante ¿Qué enseñanza podemos extraer de lo sucedido en Cataluña de cara al 26-J? Sin ninguna duda, los riesgos que siempre entraña confiar en un partido nuevo y radical del que se desconoce lo sustancial, porque no tiene tras de sí una contrastada experiencia de gobierno.

Me explico. La negociación entre Junts pel Sí y la CUP para que la formación anticapitalista posibilitase un gobierno de Junts pel Sí fue ardua; tanto que el acuerdo se alcanzó sobre la campana, cuando la repetición de las elecciones parecía inevitable. A cambio de su apoyo, la CUP consiguió un suculento 'botín' que incluía, entre otras cosas, la renuncia de Artur Mas a la presidencia de la Generalitat. Es decir, Junts pel Sí dejó mucho en el camino por alcanzar el acuerdo con la CUP y a cambio de tan importantes cesiones la estabilidad del govern parecía más que garantizada.

Pero hete aquí la sorpresa cuando, a las primeras de cambio, a los 6 meses del acuerdo político que propició la investidura de Puigdemont y después de lo mucho que Junts pel Sí ha puesto en el asador, la CUP ha hecho saltar por los aires la alianza entre ambos partidos al votar en contra de los presupuestos. 

Teniendo tan recientes los frívolos acontecimientos que han situado en la inestabilidad la política catalana, me pregunto ¿Quién se atreve a afirmar que Podemos no actuará como ha actuado la CUP en Cataluña? ¿Acaso la formación morada no ha dado ya muestras suficientes de que es capaz de cualquier cosa con tal de conseguir sus objetivos políticos? ¿Alguien puede afirmar a día de hoy con un mínimo de rigor que Podemos es un socio fiable? ¿Alguien cree a estas alturas en la palabra de Iglesias?

Lo dicho: Podemos es todo un experimento.


sábado, 4 de junio de 2016

¿El problema es España o se trata de algo más complejo?

El malestar en nuestro país de buena parte de la ciudadanía con los partidos políticos y los representantes públicos se palpa a pie de calle y alcanza cotas preocupantes. El movimiento 15-M o la contundente irrupción de los denominados partidos emergentes son síntoma de un descontento que las encuestas señalan desde hace tiempo. Pero ¿la desafección y sus causas constituyen un problema que afecta solo a España o se trata de un fenómeno de mayores alcance y complejidad?

Si analizamos nuestro entorno comprobamos que en Francia miles de personas se han echado a la calle para combatir la reforma laboral del gobierno Valls; Reino Unido se divide entre partidarios y opositores del Brexit; en EEUU, otra democracia de gran tradición, un excéntrico como Donald Trump amenaza con llegar a la Casa Blanca; la extrema derecha avanza en Europa...Puede afirmarse, en suma, que la indignación se ha convertido en una nota que define hoy el estado de las cosas en los sistemas democráticos. 

Detrás de este diagnóstico común en las democracias avanzadas hay también problemas compartidos: el debilitamiento del poder democrático frente a un poder económico-financiero organizado a escala planetaria, la crisis o transformación del estado del bienestar, la precariedad laboral, el aumento de la desigualdad...

Dos procesos contribuyen a explicar, mejor que otros factores, el descontento de la ciudadanía con el rendimiento de los sistemas democráticos: la globalización y el desarrollo tecnológico, que han transformado el mundo de tal forma que el cordón de seguridades y certidumbres vigente hasta no hace mucho ha saltado por los aires. Podría decirse que el curso de los acontecimientos se ha desviado del camino previsto y las expectativas de buena parte de la ciudadanía se han visto defraudas con el cambio.

En este escenario envenenado los ciudadanos hacen bien en expresar su malestar y hacer saber que las cosas no marchan. Pero es importante no perder de vista que el desafío que enfrentamos, además de complejo, es un desafío compartido que afecta sin excepciones al mundo desarrollado. Y lo que es peor: aún no se han encontrado recetas para afrontarlo con éxito. 

Como señala Sørensen en su recomendable libro 'La Transformación del Estado. Más allá de la Teoría del Repliegue', "la transformación del Estado plantea a los estudiosos un nuevo y variado menú de desafíos analíticos y substantivos" pero, de momento, no hay "respuestas claras". El autor matiza esta afirmación señalando que, en cambio, sí "tenemos ideas muy claras acerca de lo que está pasando y de cómo está cambiando el Estado soberano". Es decir, no conocemos las recetas pero sí sabemos qué está pasando, lo que para Sørensen representa "un buen punto de partida". 

Con esto que digo pretendo dejar claro que la ciudadanía hace bien en expresar su descontento pero no debe ignorar que, de momento, no se han encontrado soluciones para los desafíos que están en el origen del actual malestar con los partidos y los representantes públicos. Y no se han encontrado ni en España ni en ningún otro lugar. Por esta razón, los actuales procesos de cambio constituyen todo un desafío para los sistemas democráticos. Cuando se encuentren las respuestas, el actual descontento desaparecerá y las aguas democráticas volverán a su cauce. Pero entre tanto, desconfíen de los nuevos populismos que pretenden pescar en aguas revueltas, porque ellos no tienen las respuestas y pueden ser más el problema que la solución.

Para terminar quiero subrayar una idea importante: aunque no hay respuestas claras para estos desafíos, en el mundo de hoy un gobierno nacional sigue teniendo margen de maniobra. Es decir, puede optar por subir los impuestos o bajarlos; por implementar prestaciones extraordinarias para los colectivos en situación de riesgo o no hacerlo; ampliar derechos, como la atención a la dependencia, o no ampliarlos; combatir con determinación la violencia de género o hacerlo con tibieza; contrarrestar el cambio climático o no creer en él...Es decir, los gobierno siguen decidiendo asuntos verdaderamente importantes para todos (y todas). De ahí que votar y decir con nuestro sufragio quién queremos que nos gobierne siga siendo un acto esencial.