viernes, 10 de junio de 2016

De la CUP a Podemos

La decisión de la CUP de rechazar el proyecto de presupuestos presentado por el gobierno de la Generalitat y todo lo que esta postura trae consigo ofrece una esclarecedora enseñanza de cara a las elecciones generales del 26-J. Antes de proseguir quiero recordar que la CUP y Podemos no son la misma cosa (la formación de Pablo Iglesias se engloba, para las elecciones catalanas, en la coalición Catalunya Sí que es Pot y no en la CUP). Pero aunque Podemos y la CUP no son la misma cosa entre ambas formaciones sí que existen similitudes que merece la pena subrayar: de un lado, ambas formaciones pueden considerarse exponentes de la nueva política populista que se nutre del desencanto de parte del electorado (la CUP no es un partido de nuevo cuño, pero sí es un partido recién consolidado electoralmente). De otro, ambas formaciones comparten la radicalidad de sus postulados.

Hecha esta importante apreciación sobre las diferencias y similitudes entre la CUP y Podemos, vayamos a lo importante ¿Qué enseñanza podemos extraer de lo sucedido en Cataluña de cara al 26-J? Sin ninguna duda, los riesgos que siempre entraña confiar en un partido nuevo y radical del que se desconoce lo sustancial, porque no tiene tras de sí una contrastada experiencia de gobierno.

Me explico. La negociación entre Junts pel Sí y la CUP para que la formación anticapitalista posibilitase un gobierno de Junts pel Sí fue ardua; tanto que el acuerdo se alcanzó sobre la campana, cuando la repetición de las elecciones parecía inevitable. A cambio de su apoyo, la CUP consiguió un suculento 'botín' que incluía, entre otras cosas, la renuncia de Artur Mas a la presidencia de la Generalitat. Es decir, Junts pel Sí dejó mucho en el camino por alcanzar el acuerdo con la CUP y a cambio de tan importantes cesiones la estabilidad del govern parecía más que garantizada.

Pero hete aquí la sorpresa cuando, a las primeras de cambio, a los 6 meses del acuerdo político que propició la investidura de Puigdemont y después de lo mucho que Junts pel Sí ha puesto en el asador, la CUP ha hecho saltar por los aires la alianza entre ambos partidos al votar en contra de los presupuestos. 

Teniendo tan recientes los frívolos acontecimientos que han situado en la inestabilidad la política catalana, me pregunto ¿Quién se atreve a afirmar que Podemos no actuará como ha actuado la CUP en Cataluña? ¿Acaso la formación morada no ha dado ya muestras suficientes de que es capaz de cualquier cosa con tal de conseguir sus objetivos políticos? ¿Alguien puede afirmar a día de hoy con un mínimo de rigor que Podemos es un socio fiable? ¿Alguien cree a estas alturas en la palabra de Iglesias?

Lo dicho: Podemos es todo un experimento.


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