La Hermandad del Calvario presenta estos días
el nuevo manto de la Virgen del Rocío y Esperanza entre los elogios de
entendidos y cofrades en general. Su autor es Francisco Carrera Iglesias
'Paquili', noticia estos días porque ha conmemorado con una exitosa muestra en
el Ayuntamiento de Sevilla los cuarenta años de su taller de bordado.
El nuevo manto de Rocío y Esperanza no es
fruto de la casualidad, sino del trabajo diario de una corporación que ha hecho
del grupo humano la clave de su éxito. Todo lo que el Calvario está pariendo en
los últimos tiempos para la Semana Santa onubense es fruto del trabajo,
comprometido y gustoso, del colectivo.
Hace décadas las hermandades dependían de la
generosidad de sus benefactores para aumentar el patrimonio. Pero el mundo de
hoy es muy distinto y la mayor parte de ellas necesita tener bien engrasada su
maquinaria para vivir momentos de esplendor.
Foto: Pasión en Sevilla |
El Calvario tiene la suya a punto; lo
demuestra en los actos y cultos que celebra a lo largo del año. Pero, sobre todo,
lo demuestra en el día a día, tan anodino a veces para las hermandades.
Mención especial merece la inteligente gestión
de la casa de hermandad, en la que propios y extraños son acogidos con
amabilidad y encuentran, desde la primera hora, un lugar de referencia para
pasar un rato agradable entre amigos.
La cofradía del Lunes Santo, a día de hoy, no
es solo la Junta de Oficiales. Es mucho más. Todo el que quiere encuentra su
sitio y se siente cómodo aportando lo que sabe o puede aportar. De ahí que las
Juntas pasen, pero el colectivo y el proyecto de hermandad permanecen.
Con esta difícil facilidad la corporación ha
alcanzado un inusual y sabio equilibrio que le ha permitido crecer desde la
suma y en un corto espacio de tiempo completar uno de los juegos de bordados de
palio más interesantes de la Semana Santa onubense; adquirir una casa de
hermandad; aumentar el número de hermanos que realizan estación de penitencia
el Lunes Santo -pese a tratarse de una cofradía de negro-; redoblar la obra
social...
No hay descanso. Hay ilusión, compromiso y
trabajo. Por eso a cada meta le sigue otra nueva y a cada éxito le sucede otro
mayor. Lo próximo: abordar la mejora del paso de Cristo.
Como digo, el Calvario presenta estos días el
nuevo manto de la Virgen del Rocío y Esperanza. Pero lo verdaderamente
importante es el colectivo que lo ha hecho posible. Ahí radica la clave del
buen momento que vive la Hermandad. Largos éxitos.
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